El Iberostar Tenerife cierra una temporada mágica en estado de éxtasis
domingo, 19 mayo, 2013 - 06:05
El CB Canarias cerró este domingo la temporada en estado de éxtasis. El equipo tinerfeño tumbó al poderoso Laboral Kutxa (99-94) en otro partido memorable, de los muchos que el grupo de Alejandro Martínez se acostumbró a regalar en una campaña histórica que ha devuelto definitivamente a Tenerife a la élite del basket español. Una campaña que los aurinegros cierran con 17 victorias en la décima posición, a solo una de las series finales, y con el mejor porcentaje de triunfos que jamás lograra un equipo tinerfeño en la Liga ACB.
El conjunto aurinegro liquidó la temporada con otro ejercicio colectivo de fe y un nuevo recital ofensivo para rebañar hasta la última gota de gasolina que le quedaba en el depósito y brindarle a su fiel hinchada la enésima machada en su fortín del Santiago Martín. No importaron las bajas por lesión de Jaime Heras y Saúl Blanco, ni otra semana atípica por las molestias de Carles Biviá. Ni siquiera el tremendo arsenal de recursos de su rival, un auténtico trasatlántico del baloncesto continental, segundo clasificado de la fase regular.
Y no importó nada de eso, porque el grupo de Martínez volvió a sacar su libreto mágico para decirle adiós a un curso inolvidable fiel a su filosofía de vida. El Baskonia no pudo sujetar nunca los arreones ofensivos de los canaristas, que creyeron más que nadie en la victoria, por encima de cualquier adversidad. En esa dinámica, en el cuerpo a cuerpo, no hay carencia física que pueda cuando el Canarias se entona y menos si lo hace además respaldado por el aliento de su gente, la misma que ha convertido la cancha de Los Majuelos en una fortaleza: doce triunfos en los últimos trece duelos como anfitrión así lo avalan.
El CB Canarias no tardó en llevar el partido a su territorio. Un triple de Richotti y alley oop acabado en mate por Jakim Donaldson y los balones interiores a Blagota Sekulic dieron a los tinerfeños las primeras rentas en el electrónico, nunca holgadas, eso sí, ya que el Baskonia contrarrestó el buen inicio aurinegro con una defensa pegajosa, el poder interior de Macej Lampe y la clase de Fernando San Emeterio. Crecía pues bonito el partido (27-27, 10), con los insulares en su versión más valiente.
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El guión idóneo para desatar la magia de un equipo, el de Martínez, que se mueve como pocos a la hora de desmelenarse en ataque. El acierto de Rost desde el 6,75 (4/7 al descanso en triples), la calidad de Guillén para sacar petróleo de su enorme compendio de fundamentos, el atino de Úriz y Biviá para imponer el ritmo que más le interesaba a su equipo y la solidaridad colectiva en cada esfuerzo acabarían lanzando a los tinerfeños para irse al descanso doce arroba (59-47, 20).
Esa solidaridad colectiva donde todos encajan y todos cuentan, incluido el vinculado Sergio Rodríguez que se sumó a la fiesta con varios minutos de calidad para darle un resuello clave a Richotti y Rost y mantener el listón muy arriba. Tras un primer acto de ensueño, el Canarias aguantó luego el lógico despertar alavés a la vuelta de vestuarios. Era cuestión de tiempo que el carácter Baskonia saliera a relucir, aunque por difícil que parezca, nunca lo hicera de manera contundente.
El grupo de Martínez vació su depósito de energías y se dejó la vida en el intento para brindarle a su gente la última gran alegría de la temporada. Las fuerzas que faltaban por el inevitable desgaste de la temporada y, sobre todo, de los últimos cinco partidos, jugados sólo con dos exteriores puros, salieron de la grada. De la grada y del alma de un equipo inmenso en su entrega y sacrificio. Por ahí, volvió a brillar Fotis Lampropoulos, bombero para todo saliendo desde el banco, o la calidad de un Blagota Sekulic, amo y señor de las dos zonas.
Y brilló también Nico Richotti con otro mate galáctico, digno de la videoteca más exigente, y un triple clave cuando más apretaba Baskonia. Lo intentó el grupo de Zan Tabak a base de constancia y calidad, la calidad que destila un banquillo largo y pertrechado de recursos como pocos en la categoría. Y llegó incluso a ponerse a dos puntos con una canasta de Lampe con menos de dos minutos por jugarse (93-91, 38). Sin embargo, dos libres del propio Nico, una canasta interior de Fotis y dos aciertos de Rost desde el 4,60 dejaron la victoria en casa y confirmaron la enésima machada canarista en una temporada inolvidable.
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